martes, 4 de octubre de 2011

Reflexiones... Mi soledad y yo

"...En Madrid esta lloviendo y todo sigue como siempre solamente que no estás y el tiempo pasa lentamente..." Podria ser una canción de Alejandro Sánz, pero no lo es. Es una interpretación empírica de cómo observo y siento a la soledad...
 Hace unos días le escribí a un gran amigo aquello que en otras ocasiones he escrito en este medio: sentirte solo en plena compañía. Salió una reflexión que podría colarse como una reflexión por demás emotiva y un tanto poética:

"Como es estar en compañía y sentirte totalmente solo?
Lo veo como una poesía que nadie escucha, que nadie lee
un árbol que cae en silencio
una suave caricia en un sueño profundo,
Algo que no se percibe, por lo tanto no existe
Soledad que va en el alma pero no se refleja

No temas amigo mío, que yo tampoco lo hago por mi suerte,
son circunstancias que pasan y te elevan, reflexionas y te flagelas
y al final aprendes lo que se supone que deberías saber
porque tu y yo, más tú amigo mío
sabe que no todos estamos preparados para esa verdad, esa verdad que es personalizada...
Al fin sola, mi mejor y dulce compañía
y así, volveré a aquella vieja y clásica pregunta.... Te Amo..."
Reflexionando un poco, la imagen de soledad suele generar algo de miedo, otros han sido astutos y la han diferenciado con el hecho de sentirte solo. Al fin y al cabo, la soledad y sus derivados son un mal indicio para una persona dentro de esta sociedad.
Muchas personas que han cruzado mi camino, me han advertido y los he visto vivir en soledad. Un terrible estado anímico de autodestrucción en el que te sientes solo y anhelas aquella compañía que se fue o peor aun, que no existió.
Otras, (mas emocionalmente inteligentes, a mi parecer) reconocen la soledad como un estado de silencio para poder escucharte, es decir disfrutar de la mejor compañía: tú mismo.
Independientemente cual sea su posición (prefiero no inclinarme por ninguno de los dos bandos), la soledad es un estado de reconocimiento propio, un espejo que expone la imagen de tu valor como individuo que no es necesariamente la que esperamos pero si puede ser modificable.
He llegado a ocasiones sentirme sola en medio de una multitud, pero plenamente acompañada cuando disfruto de una buena película o un buen libro a solas en mi habitación.
Lo que quiero decir es a veces es necesaria la soledad, aunque a veces duela y aunque a veces no se refleje. Me aislo para no permitirme palabras de aliento, de acierto, de critica o afirmación, prefiero mi propia opinión; me alejo para liberar lo que por ley divina no es mío, el afecto de algunos, el espacio o los pensamientos de otros, etc.
Recurro a la liberación como una medicina para la soledad (si es que algunos aun la ven como una enfermedad), o mejor dicho como un contraresto de la misma. Lo anteriormente escrito va por esa onda, duele al principio, si; pero también entiendes que es un instante más que debe valorarse porque forma parte de tu vida y es allí cuando ocurre la liberación.
La vieja y clásica pregunta puede ser solo una o muchas, lo dejo a interpretación de cada quien.
Roci.