lunes, 10 de octubre de 2011

Calamaro Cautivador

Me encanta este músico y compositor. Andrés Calamaro tiene la facilidad de conectarme a sus canciones y llevarme internamente a ese lado vulnerable donde yace la emoción. La mayoría de las veces es un sentimiento melancólico ansioso, pero a la vez divertido y cautivador. es un gran poeta con un look muy dejado a lo "rock and roll". 

Una de mis canciones favoritas, es definitivamente Estadio Azteca. Es una canción oscura, subjetiva y espática hasta el punto de hacerme llorar. Estadio Azteca es una canción que:
"...Habla del exilio, de la muerte, del fútbol, de los hinchas, de la droga, del corazón que tenemos y que no tenemos..",

Podría colarse como una canción de desamor de aquello que te ata aunque te mata emocionalmente. Cuando escucho a Estadio Azteca, podría imaginarme a un Calamaro ebrio en un bar asqueado de su propia existencia, rogando que su la fuerza de voluntad (ya agotada) lo ayude a salir y finalmente deje de pensar en la espera de aquella persona que lo pueda sacar de ese estado vulnerable y doloroso. Esta imagen, me conmueve enormemente. La voz de Calamaro resulta melancólica y de resignación, acompañada de hermosas melodías de cuerdas: solos de piano y guitarras acústicas y clásicas. ¡Me encanta cantarla! y busco entonarla a como la canta Calamaro, ¡tremendo acto fallido! pues el resultado suele salir una sonrisa graciosa de mis acompañantes del momento y complices de una historia triste de 3 minutos y 36 segundos.
 
Curiosamente, esta canción escrita por Marcelo Scornik (gran colaborador y amigo de Calamaro) en un momento de reflexión y reconocimiento sobre su adicción a la cocaína.

Aquí también dejo un link que habla de la interpretación (recordemos que es algo subjetivo) de la canción "Estadio Azteca": http://www.facebook.com/topic.php?uid=8174110241&topic=5011

y la letra de la canción:

 
Recomiendo buscarla en su sonido de estudio también, es tremenda!   ... Roci

Prendido, a tu botella vacía, esa que antes, siempre tuvo gusto a nada.
apretando los dedos, agarrándole, dándole mi vida a ese para-avalanchas


Cuando era niño, y conocí el estadio azteca, me quedé duro, me aplastó ver al gigante,
de grande me volvió a pasar lo mismo, pero ya estaba duro mucho antes...
dicen que hay, dicen que hay, un mundo de tentaciones,
también hay caramelos con forma de corazones...
Dicen que hay, bueno, malo,
dicen que hay mas o menos,
dicen que hay algo que tener,
y no muchos tenemos...
y no muchos tenemos...

Prendido,
a tu botella vacía,
esa que antes, siempre tuvo gusto a nada.